viernes, 22 de junio de 2012

Capítulo 2


Capítulo 2

Hungría 1604

Desde su conversión se había sentido atraído por ella, la mujer pelirroja y letal que formaba parte de ese grupo de vampiros. Aún no conocía muy bien ese mundo, no comprendía muy bien lo que significaba ser lo que era, pero ella... ella era como un grácil y maravilloso ser mitológico e irradiaba sexualidad por cada uno de sus poros. Recuerda la manera en la que se acercó a él por primera vez, sonriéndole.
¿Pero qué tenemos aquí? – Acarició su mandíbula con sus dedos largos y le propinó un ligero pellizco seguido de otra sonrisita – ¿Quién es el nuevo?
Aidan – respondió él mirándola fijamente a los ojos, ella rió
Erzsébet, no le asustes, acaba de ser convertido, no le corrompas – intervino Damien, bromeando.
¿Cuánto lleva? – preguntó – Recuerdo haberle visto antes
Más o menos un mes y sí, es probable, es el hijo de un cura, para él aún somos demonios – respondió burlón, Damien casi se comportaba como un humano normal y la mayor parte del tiempo era agradable al contrario que el alto de pelo platinado que se hacía llamar Marcus, era serio, prudente, siempre distante, siempre gélido. Aterrador...
Oh, qué tierno ¿Me lo prestas? – hablaba de él como si fuera un juguete, debería de haberlo notado pero estaba demasiado encandilado con ella, tanto que en ese momento estaría encantado de serlo
Hum, no lo se, creo que me pondría celoso si decidieras torturarle en mi lugar – ella rió nuevamente y miró a Damien intensamente.
Oh Damien... – ronroneó – Por favor...
Aún no está instruido, luego podrás quedártelo – cedió – Pero no lo mates, le queremos
Estupendo – tomó a Aidan por la pechera y lo arrastró tras ella – Demos un paseo, tengo mucho que enseñarte.
Tenía que haberse negado, haber huido en cuanto tuvo oportunidad, no quedarse rezagado como un cachorro ante sus órdenes y su obvia manipulación camuflada con dulzura y “mimitos” ocasionales, no ceder a sus caprichos y haberse abierto paso por sí mismo, pero él mismo admitía que no sabría que habría hecho solo ya que no comprendía el mundo en el que había sido metido a la fuerza. Como bien había dicho Damien cuando conoció a Erzsébet pensaba y con razón, que todos eran unos monstruos.
Desde que era pequeño su padre le prevenía, le decía que había seres malignos que poblaban la noche, seres sanguinarios y despiadados, le dijo muchas veces que no quería perderle como hizo con su madre que no creyó sus historias y tuvo un desdichado final. Ese fue el motivo por el cual su padre ocupó un lugar en la iglesia, rezaba todas las noches por su madre, por él y rogaba a Dios que con su poder, acabase con las oscuridad.
Realmente nunca le había creído del todo, por supuesto que había oído historias pero pensaba que la devoción y el trauma a partes iguales de su padre en ocasiones le hacía exagerar.

Una noche se encontraba fuera de la casa cural, en los jardines que la flanqueaban, recogiendo algunas plantas y observando el cielo, rezando la oración diaria que le dedicaba a su madre, a la que recordaba difusamente,
Vio unas sombras recortadas en la noche que se acercaban con rapidez inusual a su casa, pudo distinguir la figura de dos hombres que llamaban a la puerta, vio como la luz de una lámpara encendida en el interior se entreveía a través de la rejilla de la gran puerta de roble, uno de los hombres pidió amablemente entrar a su padre mientras el otro soltaba una sonora y sarcástica carcajada, escuchó la voz temblorosa de su padre y luego insultos que jamás imaginaría que hubieran podido salir de su boca pero abrió la puerta y aún así ellos no entraban, solo intercambiaron unas palabras con él que les miró con los ojos como platos y empalideció antes de rogar entre sollozos “Por favor mi hijo no” Un escalofrío recorrió su columna mientras los recién llegados se daban la vuelta y se dirigían hacia donde él se encontraba, intuitivamente como si le pudieran oler, como si le vieran en la noche oscura. Aidan se agazapó entre los arbustos, no por cobardía, por simple precaución pero no sirvió para mucho, uno de los hombres le miró con una macabra sonrisa plasmada en el rostro.
¿Qué haces ahí escondido? – habló con acento extranjero y sin borrar esa estúpida sonrisa de su cara, se acuclilló para quedar a su altura y le sujetó por la mandíbula, examinándolo – Eh, Fäs, mira a quién tenemos por aquí – el mencionado Fäs se acercó
¡Pero si es el pequeño Aidan! – dijo con un tono de sorpresa obviamente fingido – Acabamos de tener una pequeña charla con tu papá – sonrió
Sí, y se nos ha ocurrido una fantástica idea – los dos se miraron con entendimiento, Aidan estaba paralizado.
Ajá y no creo que te importe acompañarnos ¿Verdad Aidan?
¿Quiénes sois? – inquirió nervioso
Amigos – contestó escuetamente antes de ofrecerle su mano para que se levantara – Venga, lo mejor es que vengas por las buenas.
En ese momento Aidan tuvo un momento de lucidez, empezó a incorporarse despacio y salió corriendo tan rápido como podía.
Durante algunos segundos los desconocidos se quedaron desconcertados luego uno de ellos se encogió de hombros y le siguió. Aidan pensó que ya no le alcanzarían, corría realmente rápido pero no dio otra zancada cuando el del pelo más largo le interceptó y le golpeó con algo parecido a un tronco en la cabeza ¿Pero cómo había podido con un tronco? Aidan vio las sombras y los árboles removerse y girar en ángulos extraños antes de caer inconsciente.
Äron, ¿le has matado? – demandó el otro mientras se acercaba a paso veloz, el interpelado no contestó, solo se colocó en la espalda el cuerpo de Aidan y emprendió camino, Fäs analizó el cuerpo – Respira – dijo casi con alivio – Eres un encanto Äron – se quejó por que no le había respondido
Lo sé – vamos.

Ya despierta – la voz profunda de un hombre anunciaba que había recuperado la consciencia. Abrió poco a poco los ojos y se encontró en medio de una habitación muy grande, de altos techos y mullida alfombra sobre la que se encontraba. Giró la cabeza y observó la congregación de personas a su alrededor, entre ellos, los dos que le habían raptado, por que sí, eso había sido un rapto, un secuestro en toda regla, distinguió también la figura de un hombre muy alto de cabellera tan rubia que parecía blanquecina y que mostraba una cara de indiferencia a lo que sucedía, por último estaba uno algo más bajito de pelo cobrizo que se encontraba mirándole con los brazos cruzados.
¿A quién se le ocurrió la fantástica idea? – preguntó con altivez
Es una idea fantástica, deberías apreciarla – respondió Äron sonriente.
¿Por qué tendría que hacerlo? – replicó
Porque le encantará, Damien
No lo creo – se dirigió a Damien – ¿Y tú no tienes nada que decir?
¿Dónde estoy? – atinó a preguntar Aidan mientras se incorporaba sobre los codos y miraba fijamente a los ojos verdes de su interlocutor, estaba más cabreado que asustado y lo cierto es que estaba bastante asustado, se levantó lentamente, aunque aún se encontraba algo mareado
A salvo... por ahora
¿Y qué demonios hago aquí? ¿Para qué diablos me queréis?
Somos amigos Aidan – dijo Äron y él se hartó
Estoy harto, no soy tu amigo, me secuestrado como un maldito loco y me voy a ir de aquí en cuanto me digas dónde estoy
Huy ¿Habéis oído eso chicos? Carácter – rió y Aidan avanzó hacia él con intención de golpearle, cuando se encontraba a tan solo unos pasos Äron abrió la boca mostrando unos colmillos más largos de lo normal, sus pupilas se dilataron tanto que el dorado de sus ojos era casi inapreciable y unas oscuras ojeras venosas se formaron bajo estos. Aidan quedó completamente paralizado.
¿Qué eres?
Tú, un muchacho insolente y bastante preguntón por cierto – matizó – yo, un vampiro, nosferatu, ser de las tinieblas, hijo del demonio, no sé como lo llamáis ahora y me da bastante igual
No puede ser, no puedo creerte
No importa. Te lo demostraré
Äron – le reprendió Fäs
¿Qué? La cara que ponen es siempre divertida – no escuchó el alegato de Fäs y chasqueó los dedos tres veces, las grandes puertas se abrieron dejando paso a un hombre de unos cincuenta años y de aspecto mediocre comparado con el resto
¿Mi señor?
Acércate – el hombre obedeció como hechizado se puso a su lado y le ofreció su cuello, acto seguido Äron clavó sus colmillos en la piel del recién llegado al que le flaquearon las piernas. Äron se separó y sonrió con su boca empapada de sangre – ¿Convencido pequeño?
Para entonces Aidan no podía ni hablar, el pavor se atascaba en su garganta como si fueran garras clavándose ahí, como si el vampiro le estuviera mordiendo, eso era peor de lo que él imaginaba y podía soportar, la valentía que había sentido unos instantes antes había desaparecido. Se encogió pegado a una de las paredes y les miró a todos alternativamente acabando en la mordida en el cuello del hombre que emanaba sangre que se deslizaba despacio por su piel.


martes, 1 de mayo de 2012

Capítulo uno


Prólogo:

Los troncos de los árboles se movían con rapidez, tras ellos se entreveían sombras, se escuchaban pasos, ruidos de hojas, un aura letal y aterradora envolvía todo, pero él tan solo sentía el sonido de el viento pitando en sus oídos y como los Antiguos acortaban la distancia, a punto de capturarle, casi podía oler la sangre siendo derramada entre la vegetación que golpeaba su rostro y entorpecía su carrera, en esos momentos intentaba hacerse una idea sobre cómo acabó metido en ese asunto... y sólo una cosa venía a su mente, esa maldita zorra, le había usado como una marioneta y le había hecho cargar con todo, otra vez, si sobrevivía la mataría, definitivamente y costara lo que le costase.
De pronto chocó con un cuerpo y se vio muerto durante unas milésimas de segundo, esperó a que le desprendieran la cabeza pero aquello no sucedió, en su lugar reconoció a la persona que se le había unido, resopló
¿Ibas a algún sitio? – preguntó con burla y ambos aceleraron el paso, casi se veían libres cuando algo saltó hacia ellos desde lo alto de un árbol, derribando al recién llegado, no se detuvo mientras escuchaba los gritos y el sonido de huesos crujir. Mierda. Aprovechó la situación para cambiar de rumbo y escapar, vivo.

Capítulo 1


Sólo era consciente del calor de la sangre fluyendo por su boca después de haber despedazado ese montón de carne maquillada, Joder, ese era el sabor de la victoria, desde luego, disfrutaba más cuando tenía que seducir a su víctima, cuando está se hacía la difícil hasta que se la llevaba a la cama y entonces, a la hora de la verdad veía sus colmillos y gritaba horrorizada después de un par de polvos. Lamió los restos y echó el cuerpo a un lado, una vez se había alimentado, le era inservible, la había matado, pero era una sangre deliciosa y su vida no podía importarle menos. Se levantó de la cama de aquel hotelucho barato y probablemente plagado de enfermedades, se vistió, limpió la sangre de su boca con la manga de la camisa, echó un último vistazo a la mugrienta habitación y saltó por la ventana de aquel segundo piso aterrizando en cuclillas sobre el asfalto. su noche de "cacería" había terminado por el momento.

Inquietante asesinato en un hotel de carretera, el cuerpo de una joven de unos veinticinco años ha sido encontrado desmembrado y desangrado en la habitación número quince, no se ha encontrado ninguna huella o prueba incriminatoria pero la policía lo asocia a los asesinatos de los campistas de la semana pasada, se desconoce si se trata de un asesino en serie y de ser así cuál sería su patrón...

Apagó la televisión, no comprendía, por qué se le daba tanta importancia a la vida de una simple puta pero aunque la policía siguiera buscando jamás llegaría tan solo a imaginar lo que de verdad había sucedido.
¿Has visto eso Aidan? Es tan horrible ¿Quién habrá sido capaz? – los brazos de Lauren rodearon su cuello
Algún tipo de monstruo – la colocó entre sus piernas, quedando frente a frente con ella – quizá un vampiro – susurró contra sus labios – ¿Quién sabe?
Aidan, Aidan ¡Los vampiros no existen! – replicó ella burlona – son un invento del cine, nada más que una leyenda
Pero toda leyenda esconde algo de verdad ¿No crees? – la besó y ella se alejó un poco analizando su expresión
¿No serás uno de esos raritos no? – inquirió – ¿No creerás en esa bobada de las catacumbas, las estacas y eso? – Aidan rompió a reír, que inocente criatura.
No, no creo en los tópicos del cine ¿Pero qué tenemos aquí? Una chica con los pies en el suelo – en esta ocasión rió ella – ¿No te pondría tener sexo con un vampiro? – besó su cuello rozándola con los dientes, oía su irritante risita de niña boba, de típica zorrita de hermandad a la que solo tenía como mascota por el sexo fácil y porque podía alimentarse de ella cuando le daba pereza ir en busca de presas.
Con el éxtasis que le proporcionaban las drogas ¿y por qué no? La lujuria y la gula unidas volvió a alimentarse de Lauren que bajo los mismos efectos se dejaba morder sin apenas recordarlo una vez estos pasaran. Benditas fueran las drogas “experimentales” gracias a que había tenido siglos enteros para entretenerse observando las plantas había obtenido la fórmula genial, una mezcla de plantas afrodisíacas y estimulantes cerebrales, la dosis hacía olvidar a los humanos lo sucedido bajo sus efectos, en los vampiros solo provocaba una enorme excitación.

Hungría.

Le he encontrado señor
¡Por fin! – exclamó Damien – Eres un verdadero inútil ¿Me oyes? Te pedí que lo buscaras hace meses, sólo por lo que has tardado debería matarte.
No lo haga mi señor, se lo suplico – el “esclavo” humano se arrodilló frente a él pidiendo clemencia, a Damien aquello le repateó, odiaba la debilidad sobre todas las cosas, de veras y deseaba matarlo, pero un humano como él le era especialmente útil en ese momento, en cuanto dejara de serlo acabaría con su miserable y triste vida.
Levántate – le ordenó bruscamente y este obedeció inmediatamente, esperando otra orden – Dime dónde está
En un pequeño pueblo en Inglaterra, no tiene muchos habitantes, lo suficiente para camuflarse entre ellos
Será idiota, ese iluso cree que puede esconderse de los Antiguos ¡Marcus! – llamó al otro vampiro que apareció en dos segundos sentado soberbiamente en un sillón tapizado en terciopelo rojo
No me llames como a un perrito, no soy tu mascota – sermoneó – ¿Qué quieres Damien?
Avisarte de que hemos encontrado a tu protegido – Marcus se tensó durante unos instantes pero aparentó completa indiferencia aun así Damien captó la pequeña variación en su expresión que de nuevo había adoptado su glacialidad.
¿Qué pretendes hacer Damien? – inquirió con voz vacía – ¿Buscarás una excusa para matarlo?
Lo cierto es que una pequeña cacería no nos vendría nada mal – Äron se unió a la conversación con su habitual tono socarrón – Siempre es divertido, sobre todo cuando no es fácil, además últimamente se rumorea que no estamos en forma, no podemos dejar que se piense que hemos perdido facultades ¿No chicos?
¡Silencio! – sentenció Damien
Deberías hacerte mirar eso de el “liderazgo innato” te pones un poco insoportable y tal – el interpelado dirigió una mirada asesina a Äron con sus extraños ojos verdes, este último se carcajeó – Tranquilo Dami, la violencia entre nosotros es caca – le habló como se le habla a un bebé y un pestañeó más tarde se encontraba entre la pared y su brazo, con los pies a varios centímetros del suelo – ¿Me atacas por sorpresa Dami? Esto me ofende seriamente, no actuamos así – Damien aflojó las manos de su cuello y resopló – Por un momento me has asustado ¿eh? – Äron se sacudió la americana y elevó una ceja.
A veces me pregunto qué demonios haces vivo todavía
Sabes que estos siglos no hubieran sido tan divertidos sin mi, imaginaos, tú, Marcus “la roca” y Fäs con lo místico que se pone ¡Ni de coña!
Cállate ahora Äron tenía algo importante que decir – Marcus acabó con la ridícula pelea.
Exacto – Damien se dirigió a otro sofá tapizado en verde y tomó asiento – Como te decía antes de que este impertinente interrumpiera nuestra charla, hemos encontrado a ese bastardo en Inglaterra, no sé como demonios ha conseguido desaparecer el último siglo pero ya sabes que me gusta tenerlos controlados a todos
Y no te gusta que siga vivo... pero ya no puedes matarlo – dijo Äron
Puedo hacerlo cuando quiera ¡Rompió una de las reglas más importantes Marcus! Eso es injustificable, además Erzsébet estuvo implicada, esa maldita zorra chupasangre – Marcus se permitió elevar una ceja, Damien muy pocas veces perdía los nervios, pero ella merecía todos los insultos del mundo, excepto el de estúpida, la condenada era más lista que el hambre
¿Y entonces cuál es tu objetivo? – demandó algo aburrido de aquella conversación
Que vayas a hacerle una pequeña visita, ya sabes, información, intimidación y tal, que se ande con cuidado, asustarle un poco no estaría mal
No comprendo el fin de tu idea pero bueno, saldré esta noche – el antiguo asintió y se alejó solemnemente por el alfombrado pasillo de la mansión.
Marcus incorporó sus casi dos metros diez de alto, apretó el nudo de su corbata de fina seda con parsimonia y actuó de igual modo cuando arregló las mangas de su traje italiano y con una rapidez inhumana se movió por la casa hasta llegar al oscuro sótano donde guardaba las ampollas con la mezcla que les hacía inmunes a la luz del sol y a su consiguiente quemadura , tomó varias por simple precaución porque bien sabía que la tentación de la sangre fresca podía ser muy grande y nunca se negaba a la tentación ya que era placentera y realmente el único modo de vencerla.

Inglaterra 18:43

Aidan se encontraba en la ducha, con secuelas del último chute de drogas y sangre, cerró el grifo cortando el flujo de agua y entonces escuchó el sonido amortiguado de pasos subiendo la escalera, salió de la ducha extrañado, seguro de que había mandado a Lauren a su casa y se colocó una toalla alrededor de la cintura, abrió la puerta de el baño justo a tiempo para ver una sombra cruzando la habitación, mierda, sabía de quién era esa forma de actuar, la sombra se materializó sobre la cama y un escalofrío recorrió su espina dorsal
Marcus... ¿A qué se debe tu visita? – intentó sonar despreocupado, pero no lo consiguió del todo.
Oh, veo que te alegras de mi visita – respondió con voz monótona y carente de inflexión
En absoluto – se deshizo de la toalla y se dirigió al armario para sacar unos pantalones.
Veo que sigues como siempre, mala hierba nunca muere
No creo que mi desnudez sea capaz de impresionarte – se permitió bromear mientras se vestía, Marcus esperaba pacientemente sentado en el borde de la cama manchada de sangre, se volvió hacia él – aunque como bien has dicho, mala hierba nunca muere – sonrió de medio lado
Vale, dejémonos de tonterías y formalidades
Estoy de acuerdo ¿A qué has venido Marcus? ¿Y cómo me has encontrado? No te veía desde los años 20, 1823 para ser exactos ¿Qué quieres? – finalmente se puso a la defensiva, su visita no podía traer nada bueno
¿Y tu positivismo Aidan? Te recordaba más alegre – criticó su repentina seriedad – Un pajarito le ha dicho a Damien dónde estabas y bueno, me he pasado para comprobar que sigues... bien
Ya lo has visto, ahora fuera de mi jardín
Muy agudo pero pequeño, muestras muy poco respeto a la persona – hizo una pausa dramática – que intercedió por ti
Porque era inocente y eso es indiscutible
Los antiguos no lo creemos así, pero no he venido a remover el pasado, de eso se encargará El Señor – rió de forma antinatural y forzada – Äron tiene razón, bromear es divertido – la mirada de ojos azul- grisáceos casi transparentes le atravesaron irritado.
Ya pagué por lo que supuestamente hice
Lo sé, y por eso he venido yo, no los demás, Damien moriría por echarte la mano encima... pero ese es otro asunto, mientras me acercaba al pueblo me he enterado de que un “asesino” anda suelto, no tengo problemas con tu diversión, pero eso podría ser una excusa fácil para acabar con tu vida
¿Insinúas que debería ser más cuidadoso? – estaba estupefacto
Yo no insinúo, sólo aviso, deberías saberlo, pero puedes tomártelo como quieras – Aidan rió sarcásticamente
Vale ¿Y ahora qué? ¿Quieres que vayamos a recoger fresas al campo querido? Luego puedo hacerte una tarta con ellas
No le haría ascos a una copa de Jack Daniel's
Qué sorpresa, pensé que eras más clásico... está bien rockero de los ochenta, sígueme.
Bajaron hasta el salón, el antiguo iba fijándose en los detalles de la enorme casa, en la alfombra aunque oscura, se distinguían restos de sangre, quedaban algunas prendas de ropa desparramadas por el suelo, entre ellas una camisa blanca que Aidan recogió y se colocó, de una especie de mueble bar extrajo un frasco transparente con la bebida en el interior, también un vaso pequeño y sirvió el contenido en él, luego lo deslizó por la mesa y la mano de Marcus lo interceptó
No creo que esas manchas de sangre en la alfombra sean un buen elemento decorativo
No comparto tu idea de decoración entonces
Aidan...
De acuerdo, las quemaré – respondió tan despreocupado que parecía que iba enserio – Pero no le des importancia, nadie suele visitar al vecino extraño de la colina y si lo hacen la alfombra es lo último que les preocupa
Puede que a partir de ahora tengas más visitas, Damien insiste en tenerte controlado, Erzsébet sigue viva
Mientes, la vi arder
Pues parece que sobrevivió
Imposible, Erzsébet no podía seguir viva, no debía estarlo, la rabia se apoderó poco a poco de él y no puedo evitar echar la vista al 1604 cuando la conoció


lunes, 30 de abril de 2012

Hola

Hola a todos, bienvenidos a la nave del misterio... Ahora enserio, bienvenidos a mi blog, aquí publicaré una historia sobre vampiros ¿Otra historia de vampiros? Sí, lo siento, mi originalidad es limitada, de todas formas, la subiré y espero que os guste, ya sabéis que nadie os obliga a leerme apuntándoos con un arma así que...


Por cierto, el extraño título del blog significa simplemente "La gran cacería" en Húngaro, sin mucho misterio, con esto me despido, hasta la próxima